Celaena Sardothien, temida asesina, ha sido enviada por el gremio de los asesinos a una remota isla tropical a modo de castigo. En un principio, Celaena es enviada para recaudar una deuda que contrajo con el gremio el señor de los piratas. Pero cuando se percata de que el pago no será en dinero sino en esclavos, su misión cambia repentinamente. La asesina arriesgará absolutamente todo para arreglar el mal que hasta entonces haya ocasionado.
La asesina Celaena Sardothien parece tenerlo todo: un lugar propio, el amor del atractivo Sam y, sobre todo, su libertad. Pero Celanea no será absolutamente libre hasta que se distancie definitivamente de su maestro Arobynn Hamel, así que Sam y ella deciden cometer un último asesinato que los liberará para siempre. Y es así como Celanea aprende que tenerlo todo significa poder perderlo todo.
Cuando el rey de los asesinos encarga a Celaena Sardothien una misión especial que ayudará a acabar con la esclavitud en el reino, ella enseguida se pone manos a la obra para terminar con esta malvada practica. La misión resulta ser oscura y mortífera llevando a Celaena desde las azoteas más altas de la ciudad hasta las más profundas cloacas.
Los asesinos del desierto rojo no hablan demasiado, pero Celaena Sardothien no ha ido hasta allí para sentarse a charlar con ellos, sino para mejorar su lucha y convertirse en la asesina a sueldo más temida del mundo. Cuando las fuerzas de aquellos que quieren destruir a los asesinos del Desierto Rojo rompen el silencio del lugar, Celaena deberá encontrar un modo de pararlos. La asesina tendrá suerte si sale con vida del Desierto.
El hombre había desaparecido. El mito no. Músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, trotamundos, héroe y asesino, Kvothe había borrado su rastro. Y ni siquiera ahora que le han encontrado, ni siquiera ahora que las tinieblas invaden los rincones del mundo, está dispuesto a regresar. Pero su historia prosigue, la aventura continúa, y Kvothe seguirá contándola para revelar la verdad tras la leyenda.
Comienza el segundo día, y Kvothe –héroe y villano de miles de historias que circulan entre la gente- retoma su narración en el punto donde la dejó al final de El nombre del viento: en la Universidad. De allí deberá partir en busca del nombre del viento y de fortuna, en pos de esas historias escondidas en libros polvorientos o que se relatan junto a una hoguera en el camino o en una taberna, y que cada vez le acercan más al día en que podrá vengarse de los Chandrian.